Echando la vista atrás, siento que para mí el Domingo de Ramos o de Resurrección lo viví a la vuelta de las vacaciones del pasado “atípico verano”.
Volví como todos sumergida en un “fantástico mar de incertidumbre”, donde sentimientos como la inseguridad y el miedo acampan a sus anchas.
Por unos días, de manera inconsciente, me dejé llevar por una maraña de pensamientos negativos que iban generándose en bucle arrebatándome, poco a poco, la energía VITAL.
Pensamientos del tipo:
- ¿Qué clase de profesores van a querer este curso, con la que tienen encima, comprometerse con un proyecto como CEN con C que es totalmente voluntario?
- No merece la pena ni que les pregunte…
- Este año no hay lugar para CEN con C…
HASTA QUE UN DÍA…
En una de mis meditaciones tomé conciencia real de esos pensamientos y les di la vuelta.
Para mí la meditación no es quedarme con la mente en blanco, es tomar conciencia REAL de lo que pasa por mi mente y desde ahí, si evidencio que ese tipo de discurso “no me hacen bien”, tener la capacidad de cuestionarlos y cambiarlos de manera consciente para que, al menos, jueguen a mi favor. Es decir, evitar a toda costa ser boicoteada por la mente. Y no, no se trata de engañarme ni de crearme y creerme una realidad que “me guste más”; se trata más bien de jugar mi mejor baza con las cartas que, en ese momento, la vida me ha dejado en mis manos. Así de sencillo y así de complicado al mismo tiempo.
Y, en ese instante, viví mi particular Domingo de Ramos o de Resurrección si por él entendemos algo así como “VOLVER A LA VIDA”.
De pronto mis niveles de energía vital se elevaron, me sentía totalmente “on fire”…No solo este curso iba a haber lugar para CEN con C, ¡este año tenía que haber un lugar donde “dejar todo esto por escrito”! ¡Era nuestra responsabilidad! Una idea me llevó a otra y otra a la siguiente hasta que logré, en tan solo 1 minuto de vídeo, lanzar un DESAFÍO LITERARIO COVID 19 que respondía con total claridad a la mayor de mis dudas:
- ¿Qué clase de profesores van a querer este curso, con la que tienen encima, comprometerse con un proyecto como CEN con C que es totalmente voluntario?
¡DOCENTES Y NIÑOS VALIENTES!
Nuestros TESTimonios aportarían un “gran-hito” en la historia de la humanidad. ¿Cómo? Subiendo el volumen de nuestra voz interior para traspasar la mascarilla que nos tapaba la boca. Sería nuestro legado para los que nos iban a suceder. Nuestra causa solidaria seguiría siendo la de siempre, la de ayudar al prójimo, pero ahora ¡CON MÁS SENTIDO QUE NUNCA!
Y ….en menos de dos semanas recluté a 11 colegios, ¡53 clases nada más y nada menos! que iban a colaborar con 9 causas solidarias a través de 46 libros que hoy, “resucitan de entre las dudas que hayamos podido tener”, para demostrarnos que
¡SÍ SE PUEDE!
Aquí los tenéis:
Como cierre a la entrada de hoy, os invito a leer la INTRODUCCIÓN ESPECIAL COVID 19 que abre los 46 libros solidarios de este año para que, cuando todo esto haya pasado a la historia, aquellos que tengan la suerte de tener uno de estos libros en sus manos, sepan en qué escenario fueron escritos.