TIRITAS PARA CORAZONES PARTÍOS POR LA DANA

Hace tres años nos llevamos “la palma” escribiendo cuentos para ayudar a los damnificados por el volcán y este año ha sido la fuerza del agua la que ha arrastrado a tres clases de 4º de primaria del CEIP Carlos Cano a escribir cuentos para colaborar con los afectados por la Dana en Valencia. Los profes me contaron que sus alumnos lo tuvieron claro desde el principio. No les costó nada empatizar con las familias que habían perdido no solo sus hogares, sino también a seres queridos y sentían que “tenían que hacer algo”.

Pronto nos dimos cuenta de que los daños materiales estaban siendo cubiertos en mayor o menor medida, pero que el daño emocional iba a llevar mucho más tiempo. Coches nuevos, mochilas nuevas, camas nuevas es algo que el dinero puede comprar pero… ¿corazones nuevos…? Ésos no es que no tengan precio, es que sencillamente no están a la venta. Por eso, la causa solidaria elegida ha sido Psicólogos sin Fronteras. Si bien esta organización no vende “corazones nuevos”, sí son capaces con sus conocimientos, mucho tesón, paciencia y mucho amor de ofrecer tiritas para, poco a poco, ir curando estos corazones partíos.

Esta mañana hemos tenido la visita de sensibilización para contarles a los niños que hace falta muuuucha ayuda para que estas familias puedan volver a tener un hogar, un lugar donde volver a empezar después de haber perdido toda una vida material y a algunos de sus seres queridos. A los voluntarios de Psicólogos sin Fronteras, al estar ahora mismo donde se les necesita, les ha sido imposible desplazarse hasta Madrid. No obstante han realizado un esfuerzo extra sacado tiempo de donde no lo tienen para mandarles a estos pequeños escritores un vídeo a modo de agradecimiento explicándoles su labor.

La parte buena de toda esta historia es que las familias damnificadas permanecen, la gran mayoría, más unidas que nunca y que gestos, acciones como las de estos peques junto a sus profes y la de tantos y tantos voluntarios que no han dudado en echar, no solo una mano sino, el alma entera, les recuerda que “no están solas en esto”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *