Mientras me tomo un rooibos pienso en lo fácil que sería tirar del ChatGPT para decirle que me escribiera la entrada del blog de esta mañana. Pero no. No quiero caer ahí. Me niego rotundamente.
Más aún cuando el libro presentado hoy en el IES Jaime Ferrán, escrito por cerca de una veintena de alumnos de 1º de la ESO, colabora con la Fundación Pita López cuyo fin es mejorar la calidad de vida de las personas con DCA (Daño Cerebral Adquirido) y lleva por título ESCRIBIR PARA CONVIVIR.


Y en ello estoy.
Escribo y “pongo a la gente a escribir” para convivir en la diversidad de realidades.


Escribo por y para mí y para cada una de las personas a las que llega mi mensaje.
Escribo para seguir conectando con mi interior dándole forma a las palabras para que otros las lean pero también para leerme a mí misma y seguir conociéndome un poquito más.
Y no, no lo digo yo. Ya lo dijeron los filósofos griegos en su día: Conócete a ti mismo. Recordándonos la importancia de mirar hacia dentro antes de tomar cualquier decisión, antes de dar cualquier paso. Incluso antes de escribir un cuento o una entrada de un blog…
Escribo pues para convivir conmigo misma de la mejor forma posible.
Por eso me enamora este proyecto, porque muestra “una fotografía de un pedacito del interior” de la persona que ha escrito su cuento, su relato, su historia. Es parte de su esencia hecha palabras, un tesoro a recordar.
CEN con C no es casual, es CAUSAl.
CEN con C suena igual que ZEN con Z porque para escribir cuentos con C de Corazón hay que mirar hacia el interior con Z de ZEN (contemplación).
Mañana seguiremos conociéndonos un poquito más viajando hasta la frontera entre Toledo y Cáceres.