Este año CEN con C sigue concienciando con ciencia de la mano de Einstein. En esta ocasión echamos mano de otra de sus célebres frases:
Y aunque nos encante escribir, somos conscientes de que “una acción vale más que mil palabras” por eso esta mañana hemos pasado directamente a ella en el CEIP Amadeo Vives con los alumnos de 6º de Primaria.
Allí me aguardaba otra de las muchas “causalidades” que me ofrece CEN con C. Ana, secretaria y docente del centro, me iba contando entusiasmada de camino a la sala de audiovisuales que estaba ya metida en faena con su clase de 6º y que ¡incluso tenía su prólogo casi terminado!
“Eloy es el profesor del otro sexto. Ha sido sencillo animarle porque es un chico joven con ganas”.
Lo cierto es que he conocido pocos Eloy en mi vida. Y allí estaba él. El chico que hace casi ocho años coordinaba las actividades extraescolares en el colegio de mis hijos mientras esperaba a que le asignaran plaza en algún centro educativo. Un encanto de persona, los chicos le adoraban y se notaba que tenía mano con ellos. Por aquel entonces yo estaba metida de lleno en el APA del colegio y compartimos muchos momentos… ¡Quién me iba a decir entonces que acabaríamos compartiendo, además, cuentos escritos por niños con corazón…!
Tras contarles el efecto mariposa y la evolución de “unos simples deberes de lengua” hasta 125 libros solidarios a día de hoy, le he cedido gustosa la palabra a Carmen de la Fundación Ayuda en Acción.
Tras un breve repaso del significado de APADRINAR a un niño o niña, contribuyendo así en el desarrollo local de toda su comunidad, permitiendo a las familias acceder a educación, atención sanitaria, a la vivienda y a mejoras en su alimentación; Carmen les ha propuesto un juego.
Se han formado cuatro equipos con un mismo objetivo común: obtener tres triángulos equiláteros de papel de 15 cm de lado cada uno. Pero no todos los equipos iban a partir de las mismas condiciones ni iban a disponer de los mismos recursos…
El primer equipo sólo disponía de tres hojas de papel. Ni tan siquiera tenía mesa.
El segundo equipo tenía una hoja de papel, un lápiz y una mesa.
El tercer equipo disponía de cuatro reglas, dos tijeras y una mesa.
Y el cuarto equipo tenía dos hojas de papel y dos lápices.
Se les ha dado la opción de nombrar a un delegado para poder “negociar” entre ellos con los recursos que tenían disponibles. Nos ha llamado la atención el hecho de que, antes de reunirse los cuatro delegados, dos de ellos ya hubieran pactado de forma ilegal antes de reunirse.
Finalmente y tras una larga negociación, tres de los cuatro equipos han podido cumplir el objetivo. El único equipo que no lo ha logrado ha sido el que, paradójicamente, disponía de mayor materia prima (papel) pero carecía de todo lo demás. A pesar de tener tres hojas de papel se ha visto explotado por el resto de equipos y ha sufrido las consecuencias de tener que recortar con las manos apoyándose en el suelo pues, ni de mesa disponía.
A lo largo del proceso de elaboración de los tres triángulos se han podido escuchar comentarios de todo tipo:
-¡Jo, qué injusticia! ¡Así es imposible trabajar!
-Ufff…Menos mal que solo nosotros teníamos tijeras y reglas. Si no, no hubiéramos podido conseguir el papel que necesitábamos….
-¡Qué suerte tener dos lápices y solo necesitar uno!
Lo triste es que lo que hoy han vivido estos chicos en apenas veinte minutos es un reflejo de lo que ocurre en la realidad. El abuso de los países más poderosos sobre los menos favorecidos, la explotación o las condiciones tan precarias con las que tienen que lidiar, las negociaciones ilegales, la falta de cooperación…
Este “juego” llevado a otro plano como el de la convivencia familiar deja claro que las rencillas familiares (como lo que dijo tu cuñada, tu suegra, tu hermano o lo que no dijo) priman sobre “el buen rollo”. Si no somos capaces de mantener unida nuestra propia unidad familiar… ¿cómo no va a haber guerras entre países vecinos?
¿Y qué podemos hacer para ayudar a que desaparezcan las guerras, el hambre, el odio, la envidia, la miseria…?
Algo tan sencillo como escribir CEN con C: Cuentos Escritos por Niños con Corazón. Estos cuentos formarán parte del frágil aleteo de las alas de la mariposa que terminará por cambiar el mundo.
Porque si concienciamos a los niños y de paso, nos concienciamos a nosotros de que sentarse a ver qué pasa no es la solución y pasamos todos a la ACCIÓN…¡seguro que será de gran AYUDA!