LA “REALIDAD” DEL AUTISMO

Detente un momento y piénsalo. Cada persona construimos nuestra propia realidad.

Todos tenemos alguna limitación, sea del tipo que sea. La perfección es una meta inalcanzable, una utopía.

Estas limitaciones pueden ser físicas o intrínsecas a nuestra personalidad. Una persona con vértigo no podría trabajar construyendo edificios altos. El ser excesivamente perseverante puede limitarte si acabas por obsesionarte con tus propósitos o, el ser excesivamente independiente puede llevarte al egoísmo sin a penas darte cuenta.

Siempre se ha dicho que nuestras virtudes o capacidades llevadas al extremo se vuelven defectos. Y que nuestros defectos, bien canalizados podemos convertirlos en virtudes.

Está claro que todos tenemos algo que los demás nos toleran y todos toleramos cosas en los demás. Eso pasa porque lo importante para uno no tiene que ser necesariamente importante para los demás. Nuestros valores, intereses, gustos y preferencias nos llevan a entender la vida y a verla de una manera diferente a la del resto. Es por eso que discutimos, nos enfrentamos con los demás y nos enfadamos con los que no piensan ni ven las cosas como nosotros.

Pero si no existen alteraciones de origen neurobiológico, lo normal (y lo ideal) es que una vez pasado el momento  en el que las emociones están a flor de piel, logremos llegar a comprender el punto de vista del otro aunque no por ello lo compartamos. Y lo que es mejor, si aprovechamos bien esas diferencias aprenderemos de nuestros errores y saldremos fortalecidos de esas situaciones.

Pero en el caso de personas CON autismo es diferente.

Las personas con autismo sí tienen alteraciones de origen neurobiológico. Y en este caso el desenlace es diferente. Ni mejor ni peor, simplemente diferente.

En el caso del autismo esas limitaciones de las que acabamos de hablar, además de influir en su forma de entender el mundo como nos ocurre a las personas sin autismo, a ellas les limita a nivel personal, social, o su desempeño académico o laboral originando trastornos generales de su desarrollo.

Y digo personas con autismo porque de la misma manera que el color de nuestro pelo no nos define como persona, no se es rubio o moreno, se tiene el pelo rubio o castaño y se es persona; el autismo no define a la persona, no se es autista, se tiene autismo y se es persona.

Que las personas con autismo son personas diferentes al resto porque no todos somos iguales, se lo han explicado muy bien esta mañana Daniel (Trabajador Social de la Federación Autismo Madrid) y Laura (Psicóloga de la misma entidad) a los alumnos de 4º, 5º y 6º de primaria del CEIP Legazpi. Con la ayuda de unos vídeos y de un juego basado en los colores, hoy hemos aprendido que las personas CON autismo:

  • Son personas que tienen dificultades para relacionarse con los demás como nosotros. Por ejemplo, quieren hacer amigos, pero no saben cómo.

  • No viven en un mundo aparte.

  • A veces se expresan con una mirada que parece perdida e inexpresiva, pero sólo lo parece, ellos se expresan y comunican también, aunque lo hacen de manera diferente

  • Viven una realidad desprovista de herramientas para sobrevivir en nuestro caótico mundo. Pero una realidad que podemos entender si nos esforzamos en ello.

  • Les cuesta hacer cosas aparentemente sencillas del día a día, como hacer un lazo o subir una cremallera; aunque también son capaces de proezas como memorizar una gran cantidad de información.

  • Como suelen interpretar todo literalmente, les cuesta entender las reglas de un juego, o los chistes o las metáforas

  • Tienen una mente bastante inflexible por lo que hay que explicárselo todo de una forma especial, anticipándoles qué es lo que va a pasar.

  • No son personas incapacitadas para amar, expresan sus sentimientos de manera diferente.

  • No están libres de sufrimiento por el hecho de sufrirlo en silencio.

  • Les gusta y necesitan tranquilidad, orden, rutina y tener una vida muy estructurada.

  • Son personas con las que podemos aprender mucho: como que para ser feliz se necesita muy poco, que no todos somos iguales y que hay que aceptar las diferencias, y entender que un simple grano de arena para una persona puede ser una gran piedra para otra…tenga o no tenga autismo.

Lo importante es aprender a no ver límites sino rutas alternativas.

3 thoughts on “LA “REALIDAD” DEL AUTISMO

  1. Totalmente de acuerdo con el texto.
    Es más, a veces, y ante todo lo que nos rodea, casi sería preferible tener la felicidad interna del autista, y no la feliz intranquilidad con la que los “normales”, queriendo o sin querer, nos rodeamos, o nos rodean.
    Un abrazo para todos.

  2. Es precioso y real como la vida misma. Trabajo en educación, y tengo alumnos con autismo, es maravilloso ver ese avance que tienen diariamente. Enhorabuena por ese trabajo.
    Un abrazo y feliz día para todos.

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