Ojalá que llueva café en el campo y empatía y solidaridad en las grandes ciudades…
A punto como estamos de acabar el primer trimestre del curso, antes de las ansiadas vacaciones de Navidad los alumnos de 1º y 2º de primaria del Colegio Maristas de Salamanca recibieron ayer vía on line la visita de Mireya, colaboradora de Unicef, que supo captar la atención de los pequeños para contarles a quién iban a ayudar con la creación de sus cuentos.
Sí, al igual que sabemos que “cada gota cuenta” para que exista el océano, también sabemos que “cada cuento cuenta” para que exista un libro solidario que consiga ayudar a los demás.
En este caso nuestros escritores solidarios van a poder colaborar con el proyecto GOTAS UNICEF para que, algo tan sencillo y a lo que no damos importancia en nuestro día a día como es abrir el grifo y que salga agua, sea también una realidad en zonas donde el agua es tratada como se merece, es decir, como portadora de VIDA.
Los pequeños aprendieron que una bomba manual de agua o un kit compuesto por 10 pastillas de jabón y un cubo para recoger agua, son regalos muuuucho más preciados que los que puedan aparecer debajo del árbol de Navidad en cualquier casa del primer mundo.
Y digo yo…¿¿Primer mundo??
Si la expresión primer mundo hace referencia a aquellos países que han logrado un muy alto grado en el índice de desarrollo humano porque disfrutan de los más altos estándares de vida posibles, gracias a una buena sanidad, esperanza de vida y calidad de los servicios PERO para conseguir estos beneficios son los países que más contaminan y más daño ocasionan al planeta donde todos vivimos…¿no hay algo que está fallando en el concepto “alto grado en el índice de desarrollo humano” que todos deberíamos cuestionarnos…?
Ojalá que proyectos como éste vayan calando gota a gota en el interior de estos pequeños para que sus semillas crezcan con otro concepto distinto al actual en lo referente a “ser un país desarrollado”.
Sí, ojalá que llueva café en el campo y empatía y solidaridad en las grandes ciudades…