INCLUYE LA “HISTORIA DE UNA MIRADA”

Es mi deseo INCLUIR en la primera entrada de este curso escolar 2018-19 la historia de “una mirada”. Dicen que es bueno saber separar lo personal de lo profesional pero tras casi una década trabajando en CEN con C, ésa sigue siendo una de mis asignaturas pendientes porque, en mi caso, siento que una cosa va de la mano de la otra.

Por eso INCLUYO “la historia de Lucía”, “Lu” para los que la conocemos y la queremos.

Ésta, como os contaba, es la historia de “una mirada”. La mirada de Lucía. Una mirada que nos acompañó durante los 31 días que estuvo hospitalizada en La Paz. Me la puse como foto de perfil en wasap y todos los que la veían coincidían en lo mismo: “en la fuerza que transmitía”. Esa fuerza fue la que nos mantuvo a todos esperanzados a pesar de que los primeros días, las primeras horas, los primeros minutos, los primeros segundos pesaban como losas en los corazones de los que estábamos “al otro lado”. Fue esa fuerza la que hizo que la balanza se decantara hacia la vida durante los cuatro días que estuvo en la UCI obrándose el primero de muchos pequeños milagros.

“Es una luchadora nata” – decíamos todos los que la conocíamos. “Saldrá de ésta”.

Pero el diagnóstico estaba ahí planeando también sobre nuestros corazones y no pintaba nada bien. La caída que sufrió mientras montaba a caballo, el día del cumpleaños de su padre, le puso de nuevo el contador de su vida a cero. Por muy optimistas que todos quisiéramos ser, la realidad (y el maldito Google tan tentador y traicionero en momentos así) nos decía, sin gritos pero también sin miramientos, que los daños cerebrales eran de grado tres. Sólo cabía confiar, confiar y esperar, y esperar un segundo más, esperar un minutos más, una hora más, un día más…tic, tac, tic, tac..

Y durante el tiempo que la mirada de Lucía luchaba por encontrar luz en la oscuridad en la que estaba sumida, sus padres se rompían a ratos y se recomponían a otros con ayuda de sus familiares y amigos más allegados.

“No hay un dolor más grande que éste, no hay palabras para describir lo que sentimos pero vuestro apoyo está siendo decisivo a la hora de poder afrontarlo”.

A los cuatro días del accidente Lucía fue trasladada a planta todavía “dormida”. Había que seguir esperando…Cinco días más tarde, en una mañana repleta de “señales”, intuición y esperanza sucedió el segundo milagro: Lucía comenzó a comunicarse con sus padres escribiendo en un papel aunque todavía no podía ver.

“¿Me voy a quedar ciega?”- preguntó.

Y poco a poco pero como si de pequeñas gotas de una cascada se tratasen, fueron sucediéndose, uno a uno, diminutos avances (o pequeños milagros): comenzó a decir palabras sueltas, a abrir los ojos, a fijar la mirada, a reconocer a sus familiares y amigos, a sentarse con ayuda, a caminar con ayuda, a ir al baño, a relamerse los labios “pintados” con Nocilla, a enfadarse, a llorar, a reír…pero sobre todo a INCLUIR en su disco duro “la realidad” de lo sucedido. Lucía llegó a pensar que todo lo que le estaba ocurriendo lo estaba soñando y tuvo un leve amago de bloqueo mental que le duró apenas unas horas. El tiempo que tardó una psicóloga en hablar con ella y hacerle “ver” lo que ella no quería ver. Pero de nuevo, la fuerza de su mirada pudo con ese plato que ella no había pedido y que la vida le estaba sirviendo en bandeja. Lo miró, lo analizó, lo retó a marcharse y cuando aceptó que iba a tener que tragárselo para poder disfrutar de suculentos platos de “postureo”, lo inundó con un torrente lágrimas y se lo zampó. No dejó ni las migas… ¡menuda es ella!

Hoy Lucía está en casa. Los médicos dicen que el mejor centro de rehabilitación es “su hogar” y sin lugar a dudas su mejor rehabilitador personal su hermano pequeño “J”. Todavía es pronto para conocer las secuelas derivadas de las lesiones en su cerebro. Acaba agotada al final del día pero sabiendo que la recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado y que, como decía Gandhi, un esfuerzo total es una victoria completa.

El camino de la recuperación es largo y difícil pero nadie dijo que vivir fuera fácil. El mayor logro de Lucía (y la mejor lección que hemos aprendido  o recordado gracias a ella) es saber que uno puede convertir en su mejor maestra la peor experiencia de su vida. Lucía ha sabido INCLUIRLA en su vida aceptándola con la fuerza de su mirada, con grandes dosis de superación personal, de arrojo, de coraje y de valentía.

Porque INCLUIR es tan necesario en la vida que existen asociaciones como APAIPA que se lo ponen como objetivo. APAIPA nació en el año 2004 de la necesidad de INCLUIR (que no integrar) a chavales con discapacidad motórica dentro y fuera de los centros educativos.

Hoy Charo, Presidenta de Apaipa, me explicaba pacientemente que la INCLUSIÓN e integración son términos que en muchas ocasiones se utilizan como conceptos iguales pero no son palabras sinónimas. Ella sigue luchando por sensibilizar a la sociedad. Su hijo Julio, al que hoy lleva en su corazón,  le sigue enviando “señales” para que continúe con la labor que comenzó pensando en él y en otros como él.

Fruto de mi innata curiosidad he buscado y hallado (en Google cómo no, tentador y eficiente en este caso) 10 diferencias que paso a enumeraros para vuestro conocimiento:

  1. La inclusión NO se centra en la discapacidad o diagnóstico de la persona. Se centra en sus capacidades.
  2. La inclusión educativa NO está dirigida a la educación especial, sino a la educación en general.
  3. La inclusión NO supone cambios superficiales en el sistema, supone trasformaciones profundas.
  4. La inclusión NO se basa en los principios de igualdad y competición, se basa en los principios de equidad, cooperación y solidaridad.
  5. La inclusión educativa se centra en el aula y NO en el alumno.
  6. La inclusión NO intenta acercar a la persona a un modelo de ser, de pensar y de actuar “normalizado”, acepta a cada uno tal y como es, reconociendo a cada persona con sus características individuales.
  7. La inclusión NO es dar a todas las personas lo mismo, sino dar a cada uno lo que necesita para poder disfrutar de los mismos derechos.
  8. La inclusión NO persigue cambiar o corregir la diferencia de la persona sino enriquecerse de ella.
  9. La inclusión educativa NO persigue que el niñ@ se adapte al grupo, persigue eliminar las barreras con las que se encuentra que le impiden participar en el sistema educativo y social.
  10. La inclusión NO disfraza las limitaciones, porque ellas son reales.

Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo este esquema de diferencias entre: exclusión, segregación, INCLUSIÓN e integración.

Algún día dejaremos de hablar de “educación para”…y entonces, hablaremos simplemente de EDUCACIÓN.

Y precisamente para hablarnos de INCLUSIÓN esta mañana han venido cuatro voluntarios de APAIPA: Javi, Andrea, María y Camino al CEIP Pinar de San José. El reto era grande porque se trataba de captar la atención de los más pequeños. Nada más y nada menos que cuatro clases de 5 años que están dispuestas a escribir cuentos para colaborar con ellos pero… ¿a cualquier precio? No, ellos también querían escuchar cuentos.

Con ayuda del pirata Garrapata hemos roto el hielo y el silencio a voz en grito con un: “Garrapata, Garrapata despiertaaaaaaa”, no fuera a ser que el cocodrilo se zampara el único ojo que le quedaba al pobre pirata.

Luego el equipo de voluntarios valiéndose también por unas magníficas marionetas hechas por ellos mismos, han escenificado un cuento donde un pez, un cangrejo, una tortuga y una rana “diferentes” lograban sentirse unidas por lo que les diferenciaba de sus “normales”: una aleta más pequeña, carecer de una pinza, tener la concha abollada o ancas muy cortas. Pronto se dieron cuenta de que la solución a sus problemas era normalizar LA DIFERENCIA con el resto de animales…e invitaron a todos a jugar y a divertirse con ellos.

Y así, entre cuento y cuento nos hemos ido todos contentos.

INCLUYO en mi despedida de hoy un abrazo para “Lu”, otro para Sonsoles luchadora nata también donde las haya y mi más cariñosa bienvenida a todos los participantes y seguidores de CEN con C.

2 thoughts on “INCLUYE LA “HISTORIA DE UNA MIRADA”

  1. Increiblemente emotivo. Sobre todo para los que hemos vivido esta historia, no digo en primera persona, pero si en segunda o tercera.
    Un beso muy grande.
    Rafa.

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