UN POCO DE AQUÍ ES MUCHO ALLÍ

Conexiones mágicas son las que esta mañana me han llevado al Colegio Los Peñascales junto con Esther y María de la asociación AGIL.

Quién le iba a decir a Izan, alumno de 6º del centro, que un concierto solidario, al que su padre le llevó porque una compañera suya del trabajo colaboraba con una asociación, iba a ser el motivo por el cual sus compañeros de clase acabaran seleccionado dicha asociación para el libro solidario de este curso…

Quién le iba a decir también a Javier, fotógrafo en lo personal y en lo profesional, que iba a vivir en calidad de turista los efectos devastadores del huracán Mitch ocurrido en el año 1998…Las imágenes más importantes, sin lugar a dudas, fueron las que captaron sus ojos. Ésas se las trajo grabadas en su retina y en su corazón. Las otras, las que captaron el objetivo de su cámara, le sirvieron para pedir ayuda a sus círculos más cercanos con el fin de aliviar en la medida de lo posible un sufrimiento desmedido.

Así fue como en el año 2003 nació en Aluche AGIL: Apoyo Global a Iniciativas Locales como un grupo de amigos que organizaban pequeños eventos para poder enviar dinero a El Salvador y Nicaragua.

Para conocer de primera mano este proyecto nos han acompañado Esther y su hija María. María es profe en otro colegio y hoy ha invertido su ratito de comida para estar con los alumnos de este centro y contarles cómo, cuando era niña, asistía a los eventos solidarios que organizaban sus padres junto con otros amigos y hoy, ya más mayor, es socia y voluntaria de esta asociación.

María contaba con orgullo los logros obtenidos a lo largo de estos más de 20 años de “arrimar el hombro”: conseguir la manutención en casas de acogida de niñas en riesgo de prostitución, la escolarización de niñas en primaria, la enseñanza de oficios a estas niñas, la matriculación de 200 niños, la satisfacción de que 125 de ellos hayan podido acabar el bachillerato y uno de ellos haya conseguido licenciarse, la creación de microempresas comunitarias y la construcción de dos estanques para la cría de tilapias…

Y todo ello organizando mercadillos solidarios, “findes divertidos”, vendiendo calendarios y christmas, recibiendo las cuotas de los socios, las de los 150 padrinos y la colaboración de escritores solidarios como los del colegio Los Peñascales…porque como decía María:

“UN POCO DE AQUÍ ES MUCHO ALLÍ”

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS EN EL GRAN CAPITÁN

En la entrada de SOLO QUEDA LO QUE DAMOS pude comprobar, una vez más, que los ángeles de carne y hueso existen.

En este cuento que os cuento uno de estos ángeles se materializó en forma de maestro de infantil del CEIP Gonzalo Fernández de Cordoba (Gran Capitán). Su nombre, Pedro.

Fue él quien el pasado curso escolar post-pandemia, cuando el inicio del nuevo curso pintaba tan verde como el coronavirus y parecía que “el protocolo covid” iba a comerse las ilusiones de todos los docentes; se puso en contacto conmigo con un tímido y escueto email en el que me preguntaba si CEN con C iba a seguir activo ese curso porque, de ser así, quería colaborar un año más.

En ese momento el email de Pedro me dio la vida. Comprobar que “a pesar de la que estaba cayendo ahí fuera”, al menos, un profesor quería seguir colaborando con CEN con C para seguir aportando LUZ ahí dentro…barrió de golpe todas mis  dudas surgidas a lo largo del verano y ecribí una coma en lugar de un punto. ¡No solo íbamos a estar activos un curso más! ¡ERA NUESTRO DEBER ESTAR dejando por escrito lo vivido!

46 libros solidarios nada más y nada menos fueron escritos, editados y publicados en tiempos de pandemia. Y Pedro, además, en ese momento ya tenía clara su causa solidaria. Lucía, una alumna del curso de sus chicos tenía leucemia. No había más que hablar.

Hoy, echando la vista atrás, no puedo más que darle las gracias a Pedro por su valentía porque, no solo me hizo recuperar la fe en la viabilidad del proyecto “a pesar de la pandemia” si no porque, gracias a él pude conocer a Lucía, a sus padres Meri y Javi y a su profe Mª José que, aunque ya nos conocíamos de otros años, el pasado curso estrechamos nuestros lazos.

Esta mañana al volver al CEIP Gran Capitán tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Por un lado el precioso recuerdo de Meri el pasado mes de mayo haciendo entrega de los libros dedicados a Lucía en favor de la investigación sobre la leucemia infantil, junto con la noticia de que este curso Pedro había seleccionado la Asociación Dcuhenne España para colaborar con un exalumno suyo que padece dicha enfermedad, me llenaban de alegría y satisfacción…pero por otro lado la ausencia definitiva de Lucía en el colegio me pesaba en el corazón como nos sigue pesando a todos los que la conocimos…Sí, los ángeles de carne y hueso existen…

Pero la vida sigue y tenemos el deber de exprimirla al máximo, por eso esta mañana han venido al colegio los padres del exalumno de Pedro. Un niño de 9 años que desde los 4 fue diagnosticado con el Síndrome de Duchenne.

Para que los niños entiendan bien de qué se trata este síndrome con un nombre “tan raro”, la mamá de este niño ha escrito un precioso y divertido cuento titulado El monstruo Come-distrofina que será publicado junto con los cuentos de estos peques. En él se narra las consecuencias de que exista en el mundo un monstruo súper-glotón que se coma la distrofina de algunas personas. Como la distrofina es la proteína que se encuentra en el músculo para hacer más fuertes sus fibras y cuidar de que los músculos no se hagan daño cuando se encogen o se alargan…¿qué pasa cuando el monstruo se la come…? Pues que esas personas, que algunas son niños, se cansan más, se caen más veces y cada vez les cuesta más andar.

Menos mal, como dice el cuento, que hay niñ@s como los alumnos de 5 años del CEIP Gran Capitán cuyas historias escritas servirán para recaudar dinerito. Con él se podrá ayudar a unos científicos y médicos muy listos para que investiguen y encuentren algo súper rico y mágico que engañe al monstruo goloso y glotón, para que deje de comer distrofina y así ¡siempre haya suficiente para todos y no se acabe nunca!

Gracias de corazón a estos padres que se han divertido como niños con la actuación del pirata Garrapata y el cocodrilo y que han puesto su granito de arena en la investigación para la cura de la enfermedad de su hijo. Como decía mi querida abuela “quien da todo lo que tiene, no está obligado a dar nada más” y si además, como ellos han hecho esta mañana, han puesto su corazón pueden y deben sentirse más que orgullosos de su labor.

La próxima semana más…

 

ENTRE ABRAZOS Y MARIONETAS ANDA EL JUEGO

Con la mañana tan gélida de hoy el abrazo a Vero, Directora de Saniclown, de más de 5 segundos que, está ya científicamente estudiado, eleva nuestros niveles de oxitocina (la hormona del amor, el pegamento social o la hormona de los vínculos) nos ha venido genial a las dos para ir calentando motores antes de entrar en las aulas de los alumnos de 5 años del colegio Liceo Sorolla C.

Además hay que recordar que los abrazos confortan, sanan y hacen la vida más feliz. Ayudan a que nos enfermemos menos y a que sanemos más rápido. Fortalecen nuestro sistema inmunológico y mejoran el funcionamiento de nuestro corazón. Son un pequeño prodigio químico que enriquece nuestra vida a los que no hay por qué renunciar. En mi caso, con la pandemia, he descubierto una ventaja más de ser alta: abrazos-seguros. ¡Mi cara y la de la persona abrazada quedan a una distancia “más que de seguridad”! …Ni qué decir tiene cuando es “mi pierna” la que recibe un abrazo-espontáneo de un peque de 5 años así, sin esperarlo…ese día ya tengo “hormona del amor” para tooooda la jornada 🙂

Y luego… ¡al lío!

Vero me lo decía esta mañana al despedirnos:

“Mira que he visto veces la actuación del pirata Garrapata, pero siempre estoy expectante cuando llega el momento en que interviene el cocodrilo y se desata la locura máxima de gritos entre los peques”

Y de verdad os digo que no, que no tiene precio ver sus caritas cuando están tratando de avisar a Garrapata de que el cocodrilo anda suelto y el pirata no lo ve. Hoy me partía de risa con la cara de una niña de pelo rizado, con gafitas y enfurruñada al máximo cuando Garrapata les decía que dejaran de gastarle bromas porque por allí no había ningún cocodrilo…”

Y ya, si han disfrutado con la representación clásica de nuestras marionetas…Vero ha rizado el rizo con sus marionetas tamaño XXL: la enfermera Raquel y una niña de hospital que les han contado a los niños la labor de Saniclow.

Y es que estar en el hospital es un rollo, un aburrimiento…¡menos mal que hay Payasos de Hospital capaces de crear portales mágicos que trasladan a los peques lejos de su realidad sin salir de la habitación!

Por mi trabajo he tenido la suerte de conocer a peques que han estado viviendo literalmente en un hospital. Ellos y sus padres claro. Y todos los progenitores coinciden en lo mismo: lo importante que es la risa en esos momentos. Porque si los abrazos elevan la hormona del amor, la risa nos alarga la vida. Y aunque no siempre esa extensión resulta suficiente, el momento vivido, la risa y la magia compartida queda en los corazones de los peques, de sus padres y cómo no, de los Payasos de Hospital.

Gracias Vero por vuestra estupenda labor y gracias al Colegio Liceo Sorolla por brindarles a estos pequeños la oportunidad de poder colaborar con ella con sus cuentos solidarios.

Mañana más…

HOY NOS HEMOS LLEVADO “LA PALMA”

¡Hoy el pirata Garrapata y el cocodrilo Danilo se han llevado “la palma”!

Y no solo porque han sido capaces de meterse en el bolsillo a un centenar de niñ@s de 5 años del Colegio Malvar de Arganda del Rey reunidos en el comedor del colegio por eso de los “espacios abiertos con mayor ventilación”…si no porque la causa solidaria elegida por las profes y sus peques ha sido LA PALMA.

Lo tuvieron claro desde el principio. No les costó nada empatizar con las familias que habían perdido sus hogares y sentían que “tenían que hacer algo”. Así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos a buscar asociaciones de apoyo a La Palma que pudieran venir al colegio a realizar la visita de sensibilización…pero no hubo suerte. Había mucha información pero ninguna asociación creada única y exclusivamente para esta causa. Lo hablé con las profes y “na”, ellas “erre que erre”…que algo se nos ocurriría…

¿Nuestra solución? Pedirle al pirata Garrapata que se fuera en barco hasta La Palma para poder contarles después a los niños cómo andaban las cosas por allí. Y eso hizo. Se enroló un buen día y esta mañana se ha acercado al colegio a contarles a los niños que hace falta muuuucha ayuda para que muchas familias puedan volver a tener un hogar, un lugar donde volver a empezar después de haber perdido toda una vida material. La parte buena de toda esta historia es que las familias permanecen, la gran mayoría, más unidas que nunca y que gestos, acciones como las de estos peques junto a sus profes les recuerda que “no están solas en esto”.

Tampoco nuestro pirata Garrapata ha estado solo esta mañana. El cocodrilo Danilo, que tanta energía despierta en los peques cuando aparece en escena, también ha querido estar presente haciendo una vez más las delicias de estos pequeños escritores.

Y así, dando “palmas de alegría” por lo bien que ha ido todo, nos despedimos hasta la próxima semana donde nos esperan más profes, más niños y más causas solidarias.

SOLO QUEDA LO QUE DAMOS

Tras las Fiestas Navideñas nos hemos quedado con ganas “más” y por eso, como decía ayer una peque de 4 años del CEIP Federico García Lorca, hemos empezado el año con “ángeles como los del Belén”. Pero, los nuestros, algo más modernos porque son Ángeles Urbanos.

Ayer tuvimos que adaptarnos a las circunstancias y prescindir de Sara Cánovas, Directora de la Asociación Ángeles Urbanos. Y no, no fue por estar confinada…que parece que hoy en día no hay más contratiempos que el coronavirus…si no por “una mala pata” que le impidió desplazarse hasta el colegio.

Así que nuestro Pirata Garrapata y el Cocodrilo Danilo fueron los encargados de conectar con la imaginación de las clases de 4 y 5 años poniendo, una vez más, en evidencia que “un trozo de tela animado” posee más magia que cualquier dispositivo electrónico.

También las clases de 4º de primaria demostraron que “una buena historia” es capaz de mantenerles en vilo con la boca abierta hasta el final. Escucharon con tanta atención El Cuento de los Cuentos Escritos por Niños con las “aventuras y desventuras accidentadas de mi primogénito Marcos, protagonista del inicio de la Asociación CEN con C” que la gran mayoría quiso compartir también su particular aventura accidentada: “pues a mí un día, pues yo una vez…”

Pero no solo las buenas historias enganchan, y si no que se lo digan a Sara

Antes de ser la Directora de la Asociación Ángeles Urbanos fue Directora de Inversiones en una empresa aseguradora española de renombre. Era, como me contaba por teléfono, una época donde “veía a los de abajo desde muy arriba…pero desde muy, muy, muy arriba”. Fue una amiga la que le abrió las puertas a una realidad muy diferente a la suya cuando le pidió ropa usada para donar a personas necesitadas. Primero fue ropa, luego la compra de unas medicinas que la persona en cuestión no podía pagar, más tarde echar una mano los fines de semana distribuyendo alimentos básicos a familias en régimen de exclusión social y por último, Sara, cambió su forma de “invertir su tiempo” despidiéndose de su trabajo y volcándose en el Centro Ocupacional que en su día fundó Mª Ángeles Ramos Merino.

Mª Ángeles Ramos es una mujer que ha dedicado toda su vida profesional a la enseñanza en un centro de educación especial mientras daba clases de apoyo extraescolar de forma voluntaria a familias que no podían pagar la rehabilitación que sus hijos necesitaban.

De ahí a emprender su camino en solitario con la herencia recibida de su padre y todo lo que tenía ahorrado para crear la primera casa ocupacional para personas con discapacidad, hubo poco que dudar. Como valoración a toda su trayectoria de Acción Social, el Ayuntamiento de Madrid le cedió un local constituyéndose como Asociación el grupo Ángeles Urbanos para continuar desarrollando su proyecto global de formación continuada a personas con discapacidad que ya llevaba en marcha seis años.

Durante varias décadas, Ángeles Ramos colaboró de manera directa con los comedores de la Madre Teresa de Calcuta que fue, sin duda alguna, su mayor fuente de inspiración dejándole como legado el lema de la Asociación:

“Solo queda lo que damos”

Y el legado de despedida con Teresa de Calcuta:

“Ángeles, da lo que tengas, haz lo que puedas y después, grita al cielo si necesitas algo para tus pequeños y el cielo te pondrá ángeles de carne y hueso que te den lo necesario”.

Está claro que la voz de Ángeles todavía es escuchada desde el cielo porque este curso el cielo le ha puesto a más de un centenar de ángeles de carne y hueso. Ángeles de 4, 5 y 9 años del CEIP Federico García Lorca que, con sus cuentos, colaboran con esta preciosa causa solidaria que tanto “engancha” a quienes la viven de cerca.

Aprovecho para facilitar el nº de cuenta de la Asociación pues este año con la pandemia les está costando mucho cumplir con sus objetivos mínimos y cualquier tipo de ayuda, por pequeña que sea, será bien recibida:

ASOCIACIÓN ÁNGELES URBANOS

ES49 2100 9194 1222 0039 6366