Ayer domingo estaba taquicárdica en la salida de la XVI Carrera de la Mujer que se celebró en Madrid un año más. No había pasado ni tan solo un minuto y ya tenía frente a mí un gran reto: bajar el ritmo de pulsaciones, gestionar la adrenalina y mis nervios a flor de piel y tratar de seguir en pie a pesar del temblor de piernas que tenía…
“Pues no lo entiendo la verdad…”- me decía una amiga cuando se lo contaba. “¿Por qué?”
Y reflexioné sobre ello porque soy de las que me gusta indagar especialmente sobre mí, para conocerme un poquito mejor cada día.
Esa reflexión es la que he llevado esta mañana a l@s alumn@s de 7º (1º de la ESO) de la Escuela Micael que decidieron colaborar con la Fundación Aladina en su día.
El motivo de mi estado de ánimo era la intención con la que ayer corrí. Quería dar lo mejor de mí en honor de mi amiga Sonsoles que esta semana, a consecuencia de un cáncer, hará ya dos meses que nos dejó…Pero nos dejó taaaanto, tantas lecciones de vida, tanto por lo que vivir, tanto por lo que agradecer y luchar que, a pesar de saber que no iba a ganar la carrera compitiendo entre tantas atletas de élite, de que a “nadie” le importaba si corría bien o mal, de que “nadie” me iba a poner falta si al final decidía no participar…que corrí como si me fuera la vida en ello porque ME IMPORTABA A MÍ. En nuestra última conversación en el hospital, pocos días antes de marcharse, hablamos de la carrera de la “marea rosa”. Me dijo que este año me esperaría en la meta y que iríamos a celebrarlo como se merecía con un chocolate con churros en San Ginés…
Sonsoles no solo me esperó en la meta si no que sentí su fuerza en todas y cada una de las pisadas de sus 6,3 km de recorrido. No me permití bajar el ritmo ni un solo segundo, las atletas federadas marcaban el suyo pero alejé de mi mente cualquier pensamiento negativo que pudiera restarme un ápice de energía en ese momento. Tenía su lucha por bandera y su SONrisa iluminándome el camino. No necesitaba más.
Crucé la línea de meta sintiéndome llena a pesar de haberme vaciado por completo en el sprint final y me fui, cómo no, a celebrarlo como las dos habíamos quedado.
Con esta reflexión les he querido hacer ver a los alumnos la importancia de hacer las cosas dando lo mejor de nosotros mismos aunque a “nadie” le importe más que a nosotros mismos.
Clara, la profesora que ha escrito el prólogo de los dos libros publicados, abre su prólogo con la siguiente cita que ha leído su compañera Sarah:
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos mar si le faltara esa gota”.
Teresa de Calcuta
Y ella misma nos confesaba antes de leerles el prólogo al término de la presentación a sus alumnos, el estado de nervios/pánico por el que había pasado antes de escribirlo porque a ELLA SÍ LE IMPORTABA.
¡Y qué decir de la escritura de los cuentos! L@s alumn@s saben que no es un concurso, que no compiten entre ellos…podrían escribir “cualquier cosa” o conformarse sencillamente con una versión.0 pero no…Est@s chic@s escriben SU mejor versión. En primer lugar por ellos y en segundo lugar porque saben que un trabajo en equipo no merece menos…
Las portadas y contraportadas de estos libros son un puro reflejo de que SÍ IMPORTA la calidad de la gota que aportamos a NUESTRO mar…
Como siempre me emocionan tus palabras. Me gusta leer lo que escribes. Me hace sentir mejor pues lo explicas como a mí me gustaría expresarme. Un abrazo muy, muy fuerte.
Gracias Lourdes. Tú tienes otras grandes virtudes…entre ellas una SONrisa que se ve que os viene de familia y que ilumina a los que os rodean.
Haces que muchos sueños, memorias y emociones queden para siempre en la memoria de los libros. Gracias por ser, por tu impulso, por tu corazón. Con gente como tú el mundo es mucho más humano. ¡Enhorabuena!
Gracias Rocío por seguirme en esta andadura y hacerme llegar tus palabras que son siempre alimento para el alma.
Mientras existan “gotas” como tu, nunca se secará ese mar de ilusiones.
Gracias por dejarnos a los de “fuera” bañarnos de vez en cuando en él.
Un abrazo.
Gracias Pedro…contigo siempre da gusto porque eres más de “zambullirte” que de bañarte 😉
¡Qué orgullosa se sentirá Sonsoles! Y qué orgullosa me siento yo de tener una amiga como tú.
Gracias por ser como eres… por poner siempre tu gota.
Gracias Alba, sabes que el sentimiento es mútuo y si hablamos de “gotas”…¡tú eres una experta con esa lagrimilla que asoma siempre a tus ojos cuando hablas con tanta EMOCIÓN!
Ánimo y gracias por lo que estáis haciendo. Soy padre de algunos de los niños / as que han contribuido al cuento y tus palabras emocionan sí, pero más emociona las lecciones de vida y el regalo que se hace enseñando a los demás a dar lo mejor de sí y a hacer las cosas por uno mismo, sí, pero también por contribuir al bien común o al mejor de algunos individuoes concretos.
Fuerza y a seguir!! Abrazos
Querido Javier, gracias por tus palabras y tus sabias reflexiones.