LA ENSEÑANZA DEL APAGÓN

El apagón, además de pasar a la historia como un día “diferente”, es también el título de uno de los cuentos escritos por el alumnado del CRA Villas del Tajo en favor de la asociación Familia Anawim y es, además, un recordatorio del MOMENTO AGRADECIMIENTO que todos deberíamos tener, al menos, una vez al día todos los días.

¿Qué nos recordó el apagón? Lo importante que es tener electricidad ¿me equivoco?

Pues bien, en la mañana de ayer Luis y Cristina, voluntarios de la Familia Anawim, les recordaron a los escritores solidarios la suerte que tienen de formar parte de una familia, de vivir bajo un techo, de comer todos los días…porque no todo el mundo tiene esas necesidades básicas cubiertas. Desde Anawinm ayudan especialmente a los más pobres, a los que están solos o a los que están heridos por cualquier causa.

Por eso, os invito a hacer “algo” que llevo haciendo durante muchos años a raíz de encontrarme sobre la mesa uno de esos platos que la vida te sirve sin haberlo pedido y que te revuelven, además del estómago, el alma y el corazón. Y ese “algo” es el MOMENTO AGRADECIMIENTO. Se trata de un MOMENTO en el día, en mi caso a la hora de comer, para tomar conciencia de todo lo que tengo y mostrarme agradecida por ello verbalizándolo con un simple:

“Que aproveche y damos GRACIAS por todo lo que tenemos”.

No esperemos a estar enfermos para agradecer cada día que amanecemos sanos.

No esperemos a que nos falte la comida para agradecer el plato que hoy disfrutamos.

No esperemos a que algún ser querido nos deje para agradecerle su presencia en nuestras vidas.

Es solo un MOMENTO al día que puede cambiarte la forma de ver tu vida.

La próxima semana seguiremos con presentaciones de libros solidarios dando GRACIAS, cómo no, de poder hacerlo y mientras tanto aquí os dejamos las fotos de familia del día de ayer:

ESCRIBIR PARA CONVIVIR

Mientras me tomo un rooibos pienso en lo fácil que sería tirar del ChatGPT para decirle que me escribiera la entrada del blog de esta mañana. Pero no. No quiero caer ahí. Me niego rotundamente.

Más aún cuando el libro presentado hoy en el IES Jaime Ferrán, escrito por cerca de una veintena de alumnos de 1º de la ESO, colabora con la Fundación Pita López cuyo fin es mejorar la calidad de vida de las personas con DCA (Daño Cerebral Adquirido) y lleva por título ESCRIBIR PARA CONVIVIR.

Y en ello estoy.

Escribo y “pongo a la gente a escribir” para convivir en la diversidad de realidades.

Escribo por y para mí y para cada una de las personas a las que llega mi mensaje.

Escribo para seguir conectando con mi interior dándole forma a las palabras para que otros las lean pero también para leerme a mí misma y seguir conociéndome un poquito más.

Y no, no lo digo yo. Ya lo dijeron los filósofos griegos en su día: Conócete a ti mismo. Recordándonos la importancia de mirar hacia dentro antes de tomar cualquier decisión, antes de dar cualquier paso. Incluso antes de escribir un cuento o una entrada de un blog…

Escribo pues para convivir conmigo misma de la mejor forma posible.

Por eso me enamora este proyecto, porque muestra “una fotografía de un pedacito del interior” de la persona que ha escrito su cuento, su relato, su historia. Es parte de su esencia hecha palabras, un tesoro a recordar.

CEN con C no es casual, es CAUSAl.

CEN con C suena igual que ZEN con Z porque para escribir cuentos con C de Corazón hay que mirar hacia el interior con Z de ZEN (contemplación).

Mañana seguiremos conociéndonos un poquito más viajando hasta la frontera entre Toledo y Cáceres.