VIVIR CON “REALUSIÓN”…WHY NOT?

El otro día en casa disfruté con mis hijos adolescentes con un breve pero intenso debate sobre qué era mejor: ser pesimista u optimista en la vida.

Tras muchas risas con sus ocurrentes salidas concluimos en que lo mejor no era ser ni una cosa ni otra, sino REALISTA pero con ILUSIÓN. De ahí que hoy me diga a mí misma que en esta vida nunca hay que perder la REALUSIÓN.

Siguiendo con la lógica aplastante de los adolescentes y enlazándola con el concepto de FELICIDAD, me viene a la memoria el ALGORTIMO sobre la FELICIDAD de Mo Gawdat.

Mo Gawdat, el Chief Business Officer de Google X, tras perder a su hijo de 21 años por una negligencia médica, se empeñó en descubrir qué nos hace felices concluyendo en una ecuación aparentemente sencilla: la felicidad es la diferencia entre la percepción de los acontecimientos de nuestras vidas y las expectativas que tenemos sobre ella.

“Es decir, no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino de aceptar el agua que tengamos.”

Mo Gawdat

Y yo añado: sí, aceptar que el vaso está a la mitad sin más pero aceptarlo con ILUSIÓN.

Por eso ayer cuando entré en el polideportivo del CEIP Virgen de la Peña en Manzanares el Real y vi en la pared el asombroso rocódromo que tienen ahí los chavales sonreí…

Sonreí porque me recordó a todos y cada uno de los proyectos con los que nos ilusionamos en nuestra vida. Todos y cada uno de ellos tienen un comienzo y un final. Todos comienzan por abajo, con un “levantar la vista hacia arriba” contemplando todo lo que nos queda por escalar mientras nos preguntamos si seremos capaces…

Un pesimista diría :“no puedo”.

Un optimista diría: “seguro que puedo”.

Un realista diría:“de momento voy a intentar llegar al primer saliente”.

Pero un realista-ilusionado diría:“voy a intentar llegar al primer saliente con la ilusión de llegar hasta el final (o con el corazón a flote como me escribió un día mi padre) ”.

¿Y qué pasa si no llego cuando yo tenía pensado, como yo esperaba y del modo que quería…?

Ahí radica el secreto de la felicidad…si soy capaz de gestionar esa diferencia de una forma positiva, poniendo el foco de atención en lo que puedo aprender sobre mí para evolucionar hacia una mejor versión de mí misma…Entonces, esa diferencia habrá merecido la pena porque habré transformado el sufrimiento y la decepción en aprendizaje.

Cuando planteo a los nuevo profes el proyecto de CEN con C y lo hago de corazón, ilusionada, deseando que se animen a participar para que sus alumnos puedan disfrutar de esta experiencia y podamos ayudar, llegar y concienciar a más…soy muy consciente de que no todos los profesores van a vivir el proyecto de la misma manera. Que por muy ilusionada que yo esté, habrá algunos que decidan no participar, otros que se lo pensarán, algunos que sí, que se apuntan y unos pocos me esperarán a la salida de la reunión para decirme con un brillo especial en los ojos que se han enamorado del proyecto, que les encanta y que están deseando comenzar a vivirlo…

Tratar de que las cosas ocurran siempre exactamente como nosotros queremos es pelearse con la vida un día sí y otro también. Y desgasta ¡vaya si desgasta!

Así que…por qué no vivir sin perder la REALUSIÓN de ser fiel a uno mismo y a sus sentimientos, actuar de corazón y no “por quedar bien de cara a los demás”, proponer planes siendo consciente de que no van a salir como hemos imaginado sin juzgar a nadie por ello y rechazar, sin sentirnos culpables, aquellas propuestas que ya sabemos de antemano que no van a sumar en nuestra vida…WHY NOT? Como diría mi primogénito…

Afortunadamente ayer por la mañana la diferencia entre la percepción de los acontecimientos vividos en los CEIP Virgen de la Peña y CEIP Ángel León y las expectativas que tenía sobre ellos, fue mínima. Los alumnos de 1º y 5º de primaria del CEIP Virgen de la Peña y los de 5 años del CEIP Ángel León junto a sus profesores supieron estar a la altura de las circunstancias y todos pudimos disfrutar de momentos únicos e irrepetibles sabiendo que estábamos colaborando con una bonita causa: la investigación del cáncer infantil de la mano de la Asociación Pablo Ugarte  (la APU para los amigos).

Aquí os dejamos las últimas fotos de familia y las portadas con la ILUSIÓN de volver el curso próximo para seguir regalando libros, sonrisas, ilusión, solidaridad y momentos…muchos momentos únicos e irrepetibles…

En breve realizaremos las donaciones a las 11 causas solidarias con las que hemos colaborado este año.

¡Os mantendremos informados antes de desearos un feliz verano!

TRANSFORMAR EL DOLOR EN ALGO HERMOSO

A falta de algo más de una semana del primer aniversario de la muerte de mi padre, esta mañana en el aula de 6º del CEIP San José Obrero (antiguo colegio de mis hijos) y de la mano de mi sobrino-ahijado-tocayo Jesús; he escogido nuevamente transformar el dolor por su ausencia en algo hermoso…

El dolor está fuera de nuestro control, no se elige, no es opcional pero afortunadamente personas como Víctor Frankl nos recuerdan que:

-Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.

Si no está en mis manos cambiar la situación de que mi padre ya no está y esto me produce dolor, sí puedo escoger la actitud con la que afrontar ese sufrimiento.

Cada nuevo día al levantarme mi mente me recuerda que mi padre murió. Pero como cualquiera de vosotros,  yo también tengo el control sobre mis pensamientos, y por eso le respondo diciéndole: “lo sé, pero ahora mi padre VIVE en mí”. El primer pensamiento me lleva a pensar en la pérdida y me conduce al sufrimiento. El segundo, en cambio, me despierta el agradecimiento de que soy quien soy, en gran medida, gracias a él. Él, junto con mi madre, me dio raíces y alas. Y por eso mientras yo viva, mientras siga vivo su recuerdo, él seguirá viviendo en mí y a través de mí.

Pues bien, ese “algo hermoso” en que se ha transformado esta mañana el dolor por su ausencia, ha llegado en forma de dedicatoria en la primera página del libro solidario SUEÑOS CON CORAZÓN escrito por mi ahijado Jesús y sus compañeros:

Jesús ha sido el encargado de leer estas palabras y las siguientes, trabándose en alguna que otra fruto de la lógica emoción sentida en esos momentos:

¡Gracias campeón, lo has hecho fantásticamente bien! Y gracias por tu dedicatoria improvisada en mi ejemplar, tan espontánea como esos abrazos que tanto me llenan 🙂

Estoy segura de que mi padre hoy estaba allí, sus “señales” me siguen llegando para recordarme que su energía sigue intacta. Esa energía no es más que lo único que trasciende cuando nos vamos de este mundo a otra dimensión: el Amor con mayúsculas. Y no, no lo digo como como religiosa cristiana, ni musulmana ni budista. Lo digo como “creyente” en la bondad del ser humano y en que nuestra auténtica riqueza es el bien que hacemos al mundo.

Por eso volvía a repetirles lo mismo a los alumnos de 5º de primaria del CEIP Infanta Elena que también han escrito cuentos para colaborar, un año más como el CEIP San José Obrero, con la Fundación Menudos Corazones. Les insisto sin cansarme sobre el verdadero VALOR del libro que les regalo: el bien que hacen a personas que no conocen con el sencillo acto de escribir un cuento. Esa satisfacción, y no la del “ego”, es la que realmente les llena, les llega y les toca el corazón.

La próxima semana cerramos filas con los dos últimos colegios. Nos vendrá genial una escapadita a la sierra madrileña para presentar los libros del CEIP Ángel León y CEIP Virgen de la Peña Sacra colaborando ambos con la Asociación Pablo Ugarte.

Os deseo un buen fin de semana y… la mejor elección de pensamientos:

VIDA: “¡GRACIAS POR TANTO!”

Ya lo decía ayer…aprovecha el PRESENTE porque lo que ocurra mañana no está bajo tu control.

Y si no que se lo digan a Jani (o Juani como le llaman en su actual colegio). Nos conocimos hace ya unos años en el antiguo colegio de mis hijos, primero como profe y luego como “profe-colaboradora-debota-de-cenconc”. Por eso cuando se fue a al CEIP Gonzalo Fernández de Córdoba se llevó a CEN con C bien metidito en sus cajas de mudanza. Y nuestros caminos se volvieron a cruzar. Jani es de las que se lanza a la piscina de cabeza sin dudarlo (le encanta la natación y la practica siempre que puede). Y si le falta el aire (y este año doy fe de que a punto ha estado de necesitar unos buenos primeros auxilios), toma impulso desde bien abajo y saca la cabeza para aspirar una buena bocanada antes de zambullirse de nuevo en “lo que ya ha empezado”. Porque ella no es de las que deja las cosas a medias, ni de las que “todo le vale”, si hay que morir con las botas puestas allá que va…

Y en ello está estos días…pero más que con las botas puestas, en este caso, con las botas colgadas por un tiempo. Porque además de nadar, también corre. Le cogió el gustillo hace unos años. Primero comenzó por eso de compartir tiempo con su marido, pero acabó por  engancharse tanto, que su cuerpo le ha dado un toque de atención y estos días está de baja.

Por eso esta mañana en la biblioteca del CEIP Gonzalo Fernández de Córdoba sus alumn@s de 3º de primaria y una servidora le hemos echado mucho de menos. Y cuando digo mucho, igual me quedo corta. Porque Jani es de esas personas que irradian luz, que te regalan abrazos de los que te hacen cerrar los ojos y te transmiten energía de la buena. ¡¿Cómo no echar a faltar a alguien así?! Espero que los aplausos que le hemos brindado y los besos  lanzados al aire le hayan llegado para que pronto esté al frente de su barco, como buena capitana que es.

Pero no solo han escritos las dos clases de tercero de primaria, también lo han hecho l@s alumn@s de 5 años de las clases de Pedro y Charo. Pedro es veterano ya en esto y su compañera Charo no ha querido ser menos. Han escrito dos cuentos preciosos en un libro con un título de lo más original:

Cuentos conscientes para niños y niñas con enfermedades poco frecuentes.

Y es que estos chicos han decidido colaborar con ASFAPE, la Asociación de Familias con Síndrome de Perthes. Y como decía Pedro, que está muy sensibilizado con las enfermedades raras:

“Es precisamente a este tipo de enfermedades a las que hay que dar más visibilidad”.

Pues bien, gracias a colegios como éste con personas como Jani, Pedro, Charo o mi tocaya, la imparable Jefa de Estudios…podemos seguir creando conciencia escribiendo cuentos “conscientes”….

Mañana cerramos la semana con dos colegios de los más veteranos: el CEIP San José Obrero y el CEIP Infanta Elena que, como ya viene siendo habitual, colaboran un año más con la Fundación Menudos Corazones. El día de mañana promete pero de momento…me quedo con el PRESENTE:

VIDA:¡GRACIAS POR TANTO!

DEPORTE PARA EDUCAR LA MENTE Y ALIMENTAR EL ALMA

Deporte y educación para un mejor futuro es la causa solidaria que l@s alumn@s de 5º de primaria del CEIP Pinar Prados de Torrejón eligieron para escribir los cuentos de su libro solidario.

Y si de deporte y educación hablamos, nada como el pasado fin de semana para verificar que ambos vocablos van de la mano.

El sábado 5 de mayo tuve la suerte de poder asistir a una masteclass de yoga solidaria en beneficio de la investigación sobre el cáncer de ovarios, y el domingo, día de la madre, lo celebré corriendo la Carrera de la Mujer por tercer año consecutivo en beneficio de la investigación del cáncer de mama.

Desde aquí animo a todo aquel que piense que “ya es tarde para ponerse a hacer deporte” porque el deporte no tiene edad y sí múltiples beneficios. Y lo dice una servidora que renegaba del yoga pensando que era “una pérdida de tiempo” y que si algo de tiempo tenía, no era para “relajarme” precisamente. Hasta que este año he dado con David, un yogui como él se define, que me tiene totalmente enganchada a sus clases. El yoga es, más que un deporte, una filosofía de vida que te invita a estar presente en el aquí y el ahora. Es un control mente cuerpo que te aporta entrenamiento para poder ser consciente de los momentos que vives para que seas tú la que pases por la vida y no al revés. Te aporta fuerza mental y te invita a centrarte en “ese ser que eres tú mismo al que tan poco caso haces a lo largo del día”. Y no tiene edad. Es un regalo de la vida que os animo a descubrir.

¡Y qué decir de correr! Llevo casi una década saliendo a correr tres días por semana llueva, nieve, haga calor, sea Navidad o Semana Santa, amaneciendo, atardeciendo, por parques, en carretera, en la arena…recuerdo haber parado durante un mes hace ya unos años a causa de una elongación de un ligamento “jugando” con mis hijos en un parque acuático . Nada me daba más envidia que ver correr a gente mientras que yo TENÍA QUE estar en reposo. Y en este caso sí, TENÍA QUE. La lesión no era algo que yo había ELEGIDO. Uno de esos día me prometí a mí misma que valoraría todos y cada uno de los días que pudiera volver a correr sin menospreciar ninguno, porque ahora que no podía, era cuando me daba realmente cuenta de su valor.

Ya hablé en mi última entrada de lo poco que valoramos las cosas cuando las tenemos. Como la salud. Uno nunca sabe cuándo puede faltarnos. Por eso para mí ese diálogo interior del tipo:

“Hoy llueve, mañana saldré; hoy hace mucho frío, mejor salgo mañana; hoy no me apetece pero seguro que mañana salgo…”

no me vale. Porque la vida me ha enseñado que “mañana” puede ser demasiado tarde y que EL PRESENTE, y por eso se llama así, ES UN REGALO.

Deporte sí, para educar la mente y alimentar el alma.

Sin excusas…

DOLORES QUE ALIVIAN OTROS DOLORES

Dicen que uno solo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena…y cuando se dice por algo será…

Justamente dos días antes de que me llegaran a casa 77 cajas con más de 4.000 libros para organizar, me levanté con una leve contractura en la espalda. Lejos de mejorar, a medida que se acercaba el día de la recepción  fue a peor. Llegó a ser tan intensa que el solo hecho de respirar me resultaba algo heroico. Acciones tan cotidianas como inclinarme para lavarme la cara por la mañana, calzarme, meterme en el coche, tomar una curva o cambiar de postura en la cama al dormir; me parecían en “ese momento” todo un mundo. Las 77 cajas llegaron y seguía con dolor pero tenía que, o mejor dicho, elegí hacer de tripas corazón y comenzar a organizarlas, eso sí,  acordándome de Santa Bárbara con tanto trueno de dolor en la espalda…

Probé a realizar posturas de yoga y durante un rato parecía que iba mejor, traté de no pensar en ello demasiado pero las punzadas de dolor seguían ahí por mucho que yo quisiera ignorarlas…

Pero la vida es tan, tan, taaaaan generosa y tan sabia, que no deja de ofrecernos oportunidades para aprender, crecer y evolucionar.

Por eso, estando todavía con la contractura, llegó la Feria del Libro a Pozuelo.  Tuve la gran suerte de compartir caseta con una gran mujer y escritora: Mar Paredes. Lo primero que evidencié fue que era invidente cuando le vi llegar con Noa, su perrita guía. A partir de ahí la tarde fue un auténtico regalo. ¿Que si me acordé del dolor de mi contractura durante las cuatro horas que compartimos…? No solo no me acordé si no que me pareció de lo más insignificante al lado de la historia de superación personal de Mar.

Mar no solo tenía una enfermedad inmune, “de las raras”, que le arrebató la vista en cuestión de dos meses, tampoco quiso privarse de un cáncer de mamá que le afectó a los dos pechos y que no pudo tratarse con quimioterapia por ser incompatible con su enfermedad, perdió el oído durante un mes aunque luego lo recuperó y un mes también fue el que estuvo en coma inducido mientras sus familiares y amigos temían por su vida. Además, Mar no recuerda ya qué es no sentir dolor. Esta misma tarde, al llamarle para pedirle permiso para escribir sobre ella, me contaba que justamente hoy le han subido la dosis de medicinas para combatir el dolor que le ha llegado a dejar inconsciente en más de una ocasión.

Ante un panorama como el de Mar escuchándole decir que su situación “tampoco es para tanto”, que no está tan limitada como la gente piensa y que para héroes Dani, el hijo de una de sus mejores amigas, una comienza a intuir que la capacidad de asombro del ser humano es infinita…Dani, a pesar de no tener a penas movilidad alguna y disponer de escasas herramientas de comunicación con sus seres queridos, nunca, nunca, nunca pierde la sonrisa.

“Si Dani puede seguir poniéndole una sonrisa a la vida todos los días, yo también puedo” – me contaba visiblemente emocionada.

Como podréis comprender, después de esa tarde con Mar, el dolor de mi contractura pasó a otro plano muy distinto del que llegó. Comprendí  lo insignificante que era frente a otras muchas realidades que mi ego había ignorado por completo. Comencé a sentirme incluso agradecida por cada una de las punzadas que me llegaban pues me recordaban el alivio que se siente cuando no las tienes y lo poco o nada que lo valoramos. Cambié mi pensamiento sobre ellas y en lugar de “temer que llegara la siguiente” sencillamente aguardaba su llegada para ofrecer ese pequeño dolor para aliviar el dolor de Mar, o el de mi amiga Sonsoles que sigue plantándole cara al cáncer día a día, o el de niñas como Cristina y Alejandra que saben también lo que es superar un cáncer, y el de tantas y tantas personas que conviven con el dolor a diario.

Personas también como Pauli, Monoli y Elena de la asociación Afinsyfacro afectadas de fibromialgia. Todavía recuerdo las palabras de  Pauli en la visita de sensibilización a los alumnos de 2º, 3º y 6º de primaria del CEIP Antonio Hernández y que hoy han recibido sus libros de regalo:

“No sabéis lo que daríamos por tan solo media hora de no sentir dolor” – decía Pauli que ahora ya es abuela y muchas veces le gustaría coger a sus nietos más de lo que su enfermedad se lo permite.

Por todas y cada una de estas personas dejé de quejarme por mi contractura y ofrecí mi dolor para aliviar el de los demás. Y es más, fiel a mi filosofía de vida en la que sé que se puede aprender siempre algo sobre uno mismo por muy mala que haya sido la experiencia, supe que aquella contractura era un nuevo recordatorio para NO OLVIDAR.

NO OLVIDAR DAR GRACIAS por  lo afortunada que había sido cada mañana al levantarme sin dolor de ningún tipo. Para NO OLVIDAR DAR GRACIAS por lo afortunada que soy porque puedo ver, puedo caminar, puedo escuchar, puedo hablar, puedo correr…para NO OLVIDAR Y DAR GRACIAS por tantas y tantas cosas…

Hoy os lanzo un nuevo reto: ofrecer vuestro dolor para aliviar el dolor de otras personas, o lo que viene a ser lo mismo, transformar la queja en ofrenda. Porque siempre hay una Mar a quien admirar, y un Dani al que Mar admirará…la cadena de admiración es infinita y está ahí para darnos cuenta del alivio que puede ofrecernos nuestro propio dolor, cuando lo ofrecemos para aliviar el dolor de los demás.

La próxima visita será el miércoles 9 a las 9 de la mañana en el CEIP Pinar Prados de Torrejón donde los alumnos de 5º han escrito cuentos para colaborar con Deporte y Educación para un mejor futuro.

No quisiera despedirme sin contaros qué fue de mi contractura. Tal cual vino se fue. Rechacé la queja y acepté el dolor y lo esperé…lo esperé, lo esperé pero ya no llegó. Imagino que la vida debió de darme un aprobado en esa asignatura para seguir ofreciéndome lecciones de otras asignaturas que, a día de hoy, se me siguen resistiendo…

Os deseo un buen fin de semana a todos y un feliz primer domingo de mayo, Día de la Madre.

CUANDO EL ESFUERZO ES UNA ELECCIÓN

He tenido la suerte de poder asistir a muchos talleres de “Escuela de Padres”. En ellos he podido tomar nota de mucha información que me ha proporcionado estupendas herramientas, no solo para lidiar con mis tres hijos, si no para lidiar conmigo misma…que no es poco.

Me atraen en especial todos los talleres relacionados con la inteligencia emocional y, con el tiempo, he acabado fascinada por tres letras en concreto PNL: Programación Neuro Lingüística. “Esto” que suena tan técnico se podría traducir más o menos en un:

“¡OJO! El modo en cómo te hablas y les hablas a los demás determina tus pensamientos y los pensamientos de los demás”.

A modo de ejemplo práctico os voy a contar un ejercicio que llevé a cabo con mis hijos en su día y, que pongo en práctica en mi día a día cuando tomo conciencia (mindfulness) de que mi diálogo interior “no va por muy buen camino…”

Senté a mis tres hijos en la mesa del comedor y le pedí a cada uno de ellos que escribieran tres cosas que no les gustaba hacer.

Pongo un ejemplo del resultado:

  1. Tengo que estudiar.
  2. Tengo que lavarme los dientes después de comer.
  3. Tengo que madrugar para ir al colegio.

Acto seguido, les pedí que escribieran debajo las mismas frases pero cambiando la palabra “TENGO QUE” por “YO ELIJO”.

  1. Yo elijo estudiar.
  2. Yo elijo lavarme los dientes después de comer.
  3. Yo elijo madrugar para ir al colegio.

Y para finalizar el ejercicio, les pedí que añadieran al final de cada frase un motivo por el cual ellos pensaban que elegían realizar cada una de esas acciones que, supuestamente, no les gustaba hacer.

  1. Yo elijo estudiar porque quiero aprobar todas las asignaturas.
  2. Yo elijo lavarme los dientes después de comer porque quiero tener una boca sana.
  3. Yo elijo madrugar para ir al colegio porque me gusta estar con mis amigos aunque las clases sean un poco rollo.

Les pregunté qué frases les sonaban mejor y, por supuesto, se quedaron con las últimas…

A día de hoy siguen quejándose por tener que estudiar, por tener que lavarse los dientes o por tener que madrugar PERO sus mentes saben que existe una ruta alternativa que pueden tomar si así lo ELIGEN…Y si no tienen a la perseverante/pesada de su madre para recordárselo 🙂

Porque, y a las pruebas me remito…

¡Qué descanso cambiar

TENGO QUE por YO ELIJO!

Para ellos y para nosotros como adultos si no, a ver, que levante la mano el que no lleve cargados a su espalda tres o cuatro kilos de “TENGOS QUE”.

Como os decía, es una fórmula que a nivel mental, emocional y psicológico, ¡funciona!

Hoy he llegado a casa a media mañana después de haber realizado dos preciosas presentaciones en el CEIP Pablo Sarasate donde l@s alumn@s de 5 años y 3º de primaria han escrito cuentos para colaborar con la Federación Autismo Madrid.

Soy corredora habitual desde hace cerca de una década, no corro grandes distancias pero sí soy constante/perseverante/pesada (como dicen mis hijos) en el tiempo e imperturbable con el tiempo que haga: frío, calor, lluvia, viento o incluso nieve.  Y precisamente hoy “TENÍA QUE” salir a correr. A pesar de que correr me gusta porque es mi momento, me despeja, me ayuda a ganar fuerza física y mental, me ayuda a ordenar ideas o sencillamente a ver las cosas desde otra perspectiva; he de reconocer  que no siempre me apetece por igual calzarme mis deportivas. Hoy era uno de esos días que me hubiera quedado en casa escribiendo la entrada del blog sentada frente al ordenador con una buena taza de té…sí, era una opción y podía haberlo hecho así, nada ni nadie me lo impedía pero HE ELEGIDO libremente salir a correr porque sé lo bien que me sienta y lo mucho que lo iba a agradecer después.

Ejemplos como éste…todos los días a todas horas.

Esta misma mañana, hablando con Miriam, Bea y Jesús, las dos profes de 5 años y el profe de 3º de primaria, me decían lo contentos que estaban con el resultado final. Me reconocían que no les había parecido tan sencillo como pensaban en un principio pero sé que siempre fueron conscientes de haber ELEGIDO realizar ese esfuerzo.  Lo sé porque a pesar de los problemas o las dudas surgidas, en ningún momento perdieron la ILUSIÓN. Ni una queja, ni una mala cara…esa actitud es lo que hace especiales a los profes que ELIGEN participar con sus chic@s en CEN con C. Ell@s ELIGEN: fomentar la lectura, la escritura, la imaginación, la creatividad, el ser solidarios, el creer que se puede, la autoestima, el trabajo en equipo…y esa es una elección que, lejos de pesar, les hace sentirse ligeros y libres.

Os animo a que pongáis en práctica esta fórmula en uno solo de vuestros TENGO QUE y que, solo por hoy, lo cambiéis por un YO ELIJO añadiendo una sola razón que os motive a realizar esa acción.

Mañana TENGO QUE, o mejor dicho ELIJO libremente, madrugar para volver a Móstoles al CEIP Antonio Hernández donde l@s alumn@s de 2º, 3º y 6º de primaria han escrito cuentos para colaborar con Afinsyfacro.

PERDONAR SÍ PERO…¿Y OLVIDAR?

Perdonar es liberador, es un trabajo personal que nos permite avanzar porque nos libera de las cadenas que nos mantienen anclados en acontecimientos dolorosos y tristes  del pasado. Por todo ello parece sano, obvio y razonable perdonar pero…¿y olvidar…?

¿Olvidamos o no olvidamos…? He ahí la cuestión…

Si el objetivo de no querer olvidar es recordar la lección de vida que aprendimos en su día y evitarnos así más sufrimiento, bienvenido sea.

Si por el contrario, el no querer olvidar implica focalizar nuestra atención en la herida y seguir sufriendo…En este caso, no lo dudemos: es mejor olvidar.

De hecho, hay una lista de motivos por los que ES IMPORTANTE OLVIDAR:

  • Nos ayuda a priorizar en nuestras vidas.
  • Es un mecanismo de afrontamiento.
  • Nos hace más creativos.
  • Nos ayuda a madurar.
  • Es útil para recordar mejor.
  • Permite que nos adaptemos mejor a los nuevos retos.

Pero ¿qué ocurre cuando la palabra olvido lleva el nombre de Alzheimer cosido a su cintura?

Si bien es cierto que todos tenemos trastornos de memoria, lo habitual es que desarrollemos estrategias para compensarlos, como por ejemplo, apuntar las cosas que hay que comprar o llevar una agenda.

Y sí, aunque los fallos de memoria nos jueguen alguna mala pasada, podemos seguir trabajando, disfrutando de nuestros hobbies, ocupándonos de nuestras familias y de nosotros mismos, por mucho que sigamos quejándonos de que cada vez tengamos peor memoria.

Por el contrario, a los pacientes con enfermedad de Alzheimer los fallos de memoria les van limitando, de manera progresiva, todas sus actividades.

Al principio, la pérdida se refiere, sobre todo, a hechos recientes. En esta fase llama la atención que los pacientes recuerden, e incluso les guste evocar una y otra vez y con todo detalle, hechos referentes a su infancia y juventud pero no se acuerden de lo que han comido ese día. Con el tiempo dejan de recordar todo cuanto se refiere a sí mismos, su edad, dónde viven; confunden a sus hijos o incluso creen que su esposo es su padre.

PERO ES NUESTRO DEBER NO OLVIDAR que, aunque a veces sean ya incapaces de recordar el nombre de su esposa o sus hijos, su presencia suele resultarles agradable y tranquilizadora. Y RECORDAR que el buen contacto afectivo, las emociones positivas y el trato afectuoso que se les dispense, suele ser también bien aceptado y agradecido.

Todo esto, personas como Vanesa lo saben. Vanesa ha escrito un cuento precioso que lleva por título EL BOLÍGRAFO CUENTACUENTOS: LOS PÁJAROS QUE APRENDIERON A VOLAR.

Ese cuento se ha publicado en nombre de la Asociación de Alzheimer y otras demencias de Cantalejo, en todos y cada uno de los 6 libros diferentes que han escrito l@s alumn@s de 1º a 3º de primaria del CEIP Los Arenales para colaborar con esta causa solidaria.

Aprovechando que hoy era día festivo en Madrid y en Segovia lectivo, hemos madrugado para desplazarnos hasta allí. Yolanda, la profesora que contactó conmigo para llevarme hasta este pueblo segoviano, no ha podido estar presente pero desde aquí le damos las gracias.

Vanesa, al inicio de su cuento, ha querido dedicar a una persona muy querida por ella, unas palabras muy emotivas que resumen muy bien lo que siente un familiar de un paciente afectado de Alzheimer. Con ellas me despido hasta mañana, que volveremos a recordar que SOMOS DE COLORES con la ayuda de los alumnos de 5 años y de 3º de Primaria del CEIP Pablo Sarasate que han escrito cuentos a favor de la Federación Autismo Madrid.

“Este cuento está dirigido a todas esas personas que han iluminado nuestro camino durante muchos años y que, ahora, poco a poco, se apagan, porque hay que darles las gracias por enseñarnos el camino. En especial por la más magnífica de las luces que he tenido en mi vida: mi abuela. Te quiero.”